PORFIRIO RUBIROSA, EL HOMBRE QUE TRASCENDIÓ AL MITO

EN OCASIONES EL CONTEXTO LO ES TODO....


En el mundo de la música, en ocasiones nos encontramos con temas que recrean o traen a colación un suceso particular que con el devenir del tiempo, pasan desapercibidos para aquellos que no lo vivieron o no tenían la suficiente conciencia para retenerlo en su memoria como algo importante.

A nuestras manos llegó esta grabación del año 1954, que a ritmo guaracha retrata apartes de la polémica vida del agente diplomático, gigoló y hasta agente del servicio secreto Porfirio Rubirosa. Muchas de esas historias a veces superan la ficción y otras se tornan difíciles de creer, sin embargo, en las diferentes biografías que se han escrito sobre Rubirosa, se muestran los entramados políticos y sentimentales, ligados con pruebas que demuestran que la novelesca vida de este personaje fue real en un cien por ciento.

La guaracha del Trio Servando Díaz, trae a colación dos sucesos en la vida de Rubirosa, que contrajo matrimonio en cinco oportunidades, tres de ellas con las mujeres más adineradas del mundo y las otras dos, consideradas de las más bellas. En la guaracha se hace mención a la actriz estadounidense Rita Hayworth, quien antes había estado casada con el príncipe Aly Khan, de quien dice el trio, Porfirio se la quitó.


El segundo suceso, es el ojo morado que le dejó a Zsa Zsa Gabor, que también fue una destacada actriz húngara-estadounidense y de relevancia en la escena de Hollywood.

("Mira lo infelices que ambos se ven" Así se expresó Zsa Zsa Gabor ríeendose de la Foto de United Press, de la boda Porfirio Rubirosa y Barbara Hutton. 30 de Diciembre de 1953 en Nueva York)




A continuación, los dejamos con una semblanza de Porfirio Rubirosa escrita por el polifacético en artes Enrique Luis Muñoz Vélez. 


RUBIROSA ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA

Texto de Enrique Luis Muñoz Vélez 
                                         
                             

Porfirio Rubirosa especie de latin lover atípico del Caribe dominicano llenó páginas sociales en la prensa del mundo, hoy muchos años después, su pasado quiña entre la historia y la leyenda que desborda lo popular.

La historia es el discurso que se construye con base en el pasado, en el tiempo que huye del escenario primigenio de los hechos, dejando huellas, rastros, evidencias de los acontecimientos   humanos, soportes empíricos a modo de pruebas en la restauración de la memoria que pugna entre la verdad y el olvido, a sabiendas que, el olvido está lleno de memorias de acuerdo con el poeta Mario Benedetti.
     
Digamos pues que, Porfirio Rubirosa al filo de la leyenda su imagen de hombre público y de galán corre paralela entre la historia y la leyenda, esa que vuela de boca en boca, con trinos de múltiples colores y aromas envolventes que hicieron de él un universo de seductor total, cuya fama no conoció techo alguno, ni siquiera en sociedades culturales ajenas al sentir del mundo Caribe como la Alemania hitleriana.

La leyenda tiene perennemente visos de verdad; el mito no, es un invento ficcional del talento creativo, por tanto, Rubirosa pertenece realmente a las páginas apretadas de la historia y en ella, se inclina la leyenda de diversas facetas en un personaje de película que hizo suyo la farándula internacional, caló hondo y sin límite alguno como si su existencia tuviera varias proyecciones en las elecciones de la vida galana que, lo encaramó en la cumbre del éxito mundial. Él fue un seductor de marca mayor en los vericuetos de la alta sociedad y en personajes del celuloide donde dio la impresión de ser un artista invitado en el rol de coprotagonista, precisamente en cada película, él tenía un libreto diferente donde el amor de mujeres despampanantemente bellas, lo elegían para encinturarse en el constante movimiento de caderas, gimiendo en bramidos de placer salvaje. la bulla escandalosa de orgasmos enloquecidos, en virtud y en estado de gracia de portar un instrumento fálico descomunal en longitud y grosor, capaz de excitar y poner hablar a mujeres terrenales hechas de silencios y en posturas geométricas que ni si quieran estaban contempladas en las matemáticas de las formas del Kama Sutra. 

Aquellos secretos de mudez e intimidad de habitación y eroticidad cierta, se conocieron a las algarabías y elogiosas embestidas de penetración de Rubirosa en la profunda herida del novelista Truman Capote,  homosexual confeso, quien supo describir con la magia de un lenguaje maestro el significado sexual y sus bondades descomunales del colgarejo entre piernas, que natura le otorgó solo comparable en las páginas de la historia inquisitorial del negro pigmeo Tararira en la Cartagena colonial quien tampoco tuvo miramientos y exclusiones para encular a mujeres y hombres, que perdían la razón por aquel demonio sin signos de azufre, pero con la calentura interminable del placer vivido.

Rubirosa visto por el ojo del mirar crítico tuvo una enorme personalidad arrolladora, en voces de mujeres que lo requirieron en la fogosidad incansable del cuerpo de placer hasta caérsele la baba de emoción relamida de goce y satisfacción plena, lo llamaban entre canto de gemidos y quejumbres de inmortales cogidas el Encantador. Una de ella la multimillonaria estadounidense Dorys Duke, segunda esposa, hija del mayor accionista de American Tobacco, se dirigió a él como el hombre perfecto para ponderar y estimar la vida compartida a nombre del amor satisfecho. Ella, lo más probable le puso precio a su hombría, ya sabía lo que este llevaba en su cuerpo de pasión lujuriosa y todo lo compraba, él había encarecido la prenda ciega de Gigoló, como a bien lo expresa el escritor Shawan Levy en el libro: Rubirosa el último play boys.

La vida elegida por Porfirio Rubirosa estuvo entretejida por la política, es decir, por la diplomacia a nombre del gobierno dictatorial del genocida Rafael Leonidas Trujillo en República Dominicana, contrae matrimonia con su hija Flor de Oro Trujillo con quien vivió oficialmente durante cinco años. El lujo y las mujeres lo tiñeron con los colores que visten la fama y el prestigio del mundo de casinos y el Jet Set internacional, carreras de automóviles costosísimos,  hipódromos, y buscado con ansiedad insaciables por las conejitas de Play Boys.

Entre la leyenda y la historia se columpea el Play Boys  más famoso y predilectos de las mujeres tales como: la actriz  Zsa Zsa Gabor, Kim Novak, la actriz  Ava Gadner, Jane Mansfield, actriz Rita Hayworth, Patricia Kennedy (hermana del Presidente J. F. Kennedy), Eva Perón, Marilyn Monroe, Bárbara Hutton (tercera esposa millonaria), Odile Rodín la actriz francesa y cuarta esposa,  menor ella, 30 años, la actriz  Danielle Darrieux su quinta y última esposa.

Fue embajador en Europa de la mayoría de países y en Cuba en la época de Batista. Vendió su cuerpo en las tandas amorosas y gastó fortunas a manos llenas. La vida de gloria de Rubirosa estuvo llena también de estruendosos escándalos y sangre como el de las hermanas Mirabal en República Dominicana, símbolos ellas por la lucha libertarias de su país. 

¿Qué es lo tuyo Rubirosa? Una movida guaracha de Eduardo Saborit con el Trío de Servando Díaz prensada en el sello Panart de Cuba.  La música, la literatura, el cine  y el voceo a boca abierta de mujeres que lo anhelaban entre sus vientres insatisfechas, y una jauría desenfrenadas de locas desbocadas incrementaron su fama también vinculada con la mafia italiana, y su nombre estuvo afín en el asesinato del Presidente John F. Kennedy.

Porfirio Rubirosa Ariza (1909 – 1965) nacido en la región del Cibao por sus dotes de amantes, inspiró a Gabo en el personaje de Florentino Ariza el personaje de El Amor en los Tiempos del Cólera de faenas memorables en las breñas y trochas de los amores escondidos y aventuras del carnaval. Florentino Ariza le pone Gabo el apellido materno del gigoló para apalabrar en él a un empedernido mujeriego del solar cartagenero y parte de la membresía naviera de la antigua ciudad del bardo del mirar torcido el Tuerto López.

No hay que perder de vista y oído que la guaracha cubana nace con el teatro bufo cubano con un fuerte componente socio - racial de lo afro -  hispánico y de ahí, su bullente picardía y sabrosura musical. Entre tanto, la música como arte de mayor convocatoria social no fue ajena ni distante a su periplo terreno, de tal manera que, la rítmica y sandunguera guaracha parece interrogarse por la vida vagabunda de un latin lover atípico, porque su rostro desde la estética del observar femenino no era de gracia plena de adonis, sino por la virtud elocuente de sobresaliente monstruo que enloqueció a mujeres anónimas extraviadas en la oscura noche de las cifras no contadas, conocidas hembras de farándula y a la maricocracia universal de su época.


Comentarios

  1. Excelente Artículo,Felicitacionesp a Rafael y a Enrique!!

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  2. Quique, como tú lo afirmas: la leyenda tiene visos de verdad. ¿Cuántas leyendas guarda nuestra historia de hombres y mujeres de carne y hues caribeños curtidos por la mar? En las leyendas se narran gran parte de nuestra identidad que se dan a conocer a plumazo como los tuyos.

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